miércoles, diciembre 27, 2006

FIN DE AÑO, ÉPOCA DE BALANCES

Quien lo iba a pensar… cuando comencé el 2006 no tenía idea las cosas que vendrían mas adelante, básicamente en lo laboral, que fue donde más se notaron los cambios.
En Abril y Mayo tuve problemas serios que pudieron haber terminado trágicamente, pero mi buena estrella me salvó de tan deshonrosa salida. Sin embargo no me quedé y presintiendo (erróneamente) que podría pasar lo peor di la señal de alarma y al finalizar el año terminé cambiándome de trabajo. En la salud las cosas estuvieron como siempre, tranquilas… para que hablar del amor, afortunadamente todo sigue igual que hace 6 años atrás.
Para este 2007 las expectativas surgen en el ámbito laboral, donde espero consolidarme y crecer. Espero también retomar mis estudios a mediados de año y en el amor, si Dios así lo quiere, ponernos en campaña para darle a Vicente el hermano o hermana que ya está pidiendo.
Para todos ustedes, mis amigos, buenos deseos, que todos los proyectos que se propongan den los frutos esperados y que crezcan como personas.
Feliz año nuevo! Ahí nos vemos!!!

viernes, diciembre 22, 2006

JO JO JO!!!

Saludos Navideños:

Ingrid Rojas, espero tengas unas bonitas fiestas, ya sea aqui o allá, donde quiera que andes patiperreando... y deje de acosar al Trauco, mijita!

Cerebro, Bendiciones a tu familia, que lo pases bien junto a tus peques y como bien dices, ahora habrán presupuesto para aparecer por San Feña uno de estos días.

Carlitros, salúdeme a la familia, ya iré por allá en algun momento, el proximo año!!!

Y a la manga de energúmenos no individualizados aqui, que tengan unas felices fiestras junto a los suyos!!!!

sábado, diciembre 09, 2006

CURRICULUM DE UN NÓMADE

Cada cierto tiempo y por causas que aun se investigan, me bajan unos ahogos laborales y cual "Olguito Marino" agarro mis pilchas y me las "emplumo" rumbo a una nueva aventura. Y es que dicen que dentro de este mercado los profesionales son apetecidos entre los 25 y los 35 años, entonces, la idea es que antes de eso uno debe aprender, aprovechar de foguearse, y estando en la edad apetecible buscar y aventurar, cosa que pasados los 35 puedas decidir donde te quedarás hasta que jubiles... y yo ya estoy casi en los 30, por tanto aún me quedan cartas que jugar antes de quedarme estático en el mercado, de dejar de "ser figura" en el campeonato local. Esto me ha llevado a rememorar lo que ha sido mi historia hasta hoy, veamos:


Febrero de 1996. Estoy en casa aprovechando el último mes de vacaciones. En Marzo llamaría a un amigo de mi padre que años atrás prometió darme práctica profesional en la consultora contable de la cual él era uno de los dueños, así que estaba tranquilo. En aquellos días una de mis compañeras de curso estaba haciendo su práctica en otra oficina y me llamó para ofrecerme una práctica en una fábrica a la que ellos asesoraban, pero quería descansar y dije que no. Un tío escuchaba la conversación y en cuanto colgué me dio un sermón de que "no podía desaprovechar estas oportunidades en estos días", que debía de darme con una piedra en el pecho, pues era casi imposible que la oportunidad llamara a tu puerta para ofrecerte trabajo, menos con los índices de cesantía del momento. Entonces tomé "caldo de cabeza" y entendí que lo del amigo de mi padre era una posibilidad, pero no cierta, así que llamé de vuelta a mi compañera pero ya era tarde, le había ofrecido el puesto a otro compañero y había aceptado. Días después volvería a llamarme porque en definitiva este otro chico no aceptó el trabajo y así comencé mi historia.


Mi práctica de 4 meses la hice en "Confecciones T" (por razones obvias no daré nombres reales). La empresa iba de mal en peor, con un hoyo financiero tremendo su contador había encontrado un mejor trabajo y llegué a reemplazarlo y tuve que hacer mi práctica sin tener quién me dijera qué debía de hacer. Se puede decir que en cierta medida fui autodidacta, ya que debía de analizar la contabilidad anterior para entender lo que debía de hacer de aquí en adelante, total así es la contabilidad, un ciclo. Su dueño era un tipo de unos 45 años, un turco que desnudaba con la mirada a la chica que se le cruzara por el camino. En aquella época yo era bastante ingenuo y moralista y esta actitud de mi jefe me molestaba mucho. En una oportunidad, fue en verano, la empresa estaba cerrada pero el secretario y yo seguíamos trabajando, el dueño aprovechó esta ocasión para engrupir junto a un amigo a dos quinceañeras, de que fueran sus modelos para un catálogo, pero para esto debían de acompañarlos a la fabrica y probarse las prendas. El tipo les dijo que ocuparan su oficina para probarse la ropa. La oficina estaba hecha con grandes ventanales cubiertos con persianas de acrílico, uno de los lados daba a la bodega, la que estaba a oscuras y las persianas medio abiertas en ese sector no dejaban ver desde la oficina a la bodega, pero de la bodega a la oficina iluminada, se podía ver todo claramente. Yo estaba en mi oficina trabajando y hasta allí llegó el dueño a buscarme y sin saber qué pasaba me condujo a la bodega donde me encontré a un grupo de unos 10 tipos mirando la escena, un sobrino del dueño y unos amigos. Yo me sentí muy mal, estaba incómodo pensando qué pasaría si ellas se deban cuenta de lo que ocurría, no podíamos meter bulla y me quedé ahí, mirando lo que ocurría con un miedo tremendo de moverme y chocar con algo que nos delatara.


A la larga estas situaciones terminaron por molestarme en demasía, y aunque el tipo me trataba como un hijo, al cumplir un año decidí renunciar, me tomaría 15 días de descanso y luego de eso buscaría trabajo.


Febrero de 1997. Estaba en mi primer día de cesante, esperando en el hall de la empresa por mi finiquito cuando entra el contador de la oficina que me había llevado a esa fabrica y me dice que me tiene un trabajo, que debía de acompañarlo al instante a otra empresa, que empezaba al día siguiente. Yo no sabía que hacer si mi idea era tomar vacaciones, pero él insistió, que no podía desaprovechar esta oportunidad, entonces dije que sí y dejé mi momentáneo deseo de ser cesante.


"Confecciones M" era el lugar, su dueño era un tipo absolutamente contrario al anterior, con una familia constituida, moralmente correcto. Su currículum decía que había sido presidente del club social palestino, pero trataba con el pie a sus trabajadores, cero sentido social. Por lo mismo no aguanté mucho con él, pero habíamos hecho un acuerdo de palabra, le avisaría con 60 días de anticipación mi renuncia el día que decidiera hacerlo y mi palabra era importante para mí, así que en Septiembre de ese año le presente mi renuncia, llegaría hasta el 30 de Noviembre en esa empresa. Unos días antes de terminar el mes me percaté que no había traído a nadie para reemplazarme y se lo hice ver, entonces, me dijo que yo no me iría en Noviembre, si quería lo podía hacer en Diciembre, pero él no me aceptaba la renuncia. Hablé con los contadores externos y me dijeron que me tenían programado en otra empresa a contar del 01 de Diciembre, así que sin más, con el respaldo de los asesores, dejé al tipo plantado y comiéndose la rabia por no haber podido doblegarme. De acuerdo a lo que me habían dicho de este tipo, él era "todo un caballero", más mi experiencia me decía que mi anterior jefe era 5 veces más caballero, es cierto que tenía una fijación obsesiva por el sexo, pero trataba con respeto y cariño a sus trabajadores y esto lo ponía en un nivel superior al de mi jefe actual, aprendí estos primeros años que la clase no tiene nada que ver con el dinero, eso no se compra.


Diciembre de 1997. "Importadora OP" es la típica empresa de los "ssshame sshá", de hecho aún está vigente en el mercado. Aquí había llegado a parar el anterior contador de "confecciones M" y como la empresa había crecido necesitaba un ayudante, es decir, yo.


Caso aparte, en Marzo y Abril de cada año ayudaba a los asesores externos en la operación Renta, es decir a cerrar balances de las empresas chicas que ellos tenían, esto me llevó a pensar en mi futuro, que quería aprender lo que allí hacían, cerrar balances y hacer rentas, se decía que los contadores que sabían hacer estas cosas eran los que ganaban dinero.


Estaba en esto, como ayudante en "OP" cuando mes y medio después recibí un llamado: era el amigo de mi padre que tenía un cupo para contador en su oficina y se acordó de la promesa.


Enero de 1998. A fines de ese mes arribé a la "Consultora AC", una consultora auditora y contable. Mi sueño de aprender al fin se habría de concretar y con creces. Mis grandes amigos de hoy los hice en esta empresa, lo más cómico de todo es que aquí se aplicaban esos conceptos de que los "oficinistas" son buenos para el carrete. Uffff!, que aprendí lo que era la bohemia en Santako, "Hermosilla y Quintanilla" eran una alpargata al lado de mis compañeros. Pero no todo fue carrete, aprendí lo que necesitaba para ser un contador de verdad y en Marzo y Abril de cada año nos ponían a prueba con largas jornadas de trabajo que podían llegar fácilmente a las 2 de la madrugada, luego a la casa y volver a las 8:30 de la mañana a trabajar como un día cualquiera. Incluso los fines de semana los pasábamos allí, esos meses no sabíamos de familia, pololas o amigos. Crecí mucho, como persona y como contador, hasta que 5 años después sentí que ya no quedaba más por aprender y era hora de nuevas aventuras, de ganar más dinero.


Era Noviembre de 2002 y uno de mis antiguos compañeros de "Consultora AC" que estaba trabajando en otra empresa y con muy buen sueldo, había asesorado tiempo atrás a una fábrica de containers que había despedido a su contador recientemente, a él le ofrecieron el puesto pero no le convenía, entonces me recomendó a mi, fui a entrevistarme y llegamos a acuerdo, este cambio me reportaría $150.000 adicionales a mi renta de aquel entonces.


Diciembre de 2002. En la quincena de este mes llegué a "Containers C", una empresa desordenada en lo que respecta a mi trabajo, todo el mundo hacía las cosas "a lo compadre" y en cierta medida me recordó mi primer trabajo, pero ahora yo era la cabeza del área contable, yo decidía como presentar el balance y la renta y tenía poco tiempo para ordenar todo. Todo iba bien hasta que...


Resulta que cuando se quedaron sin contador, antes de ofrecerle el puesto a mi amigo pusieron un aviso en el diario, el que vio un tipo que trabajaba en una empresa que era cliente de "Containers C", entonces ofreció sus servicios como contador externo, pero el dueño de la empresa lo rechazó porque necesitaba a alguien tiempo completo. El tipo entonces comenzó a insistir ofreciendo auditoría que no necesitaba y luego de 2 meses el dueño de la empresa le dio la oportunidad de acercase y ver qué podía hacer. Cuando me lo explicó no me pareció, pero por otro lado entendí que había tenido malas experiencias con contadores anteriores y con la auditoría despejaría sus dudas sobre mí y mi capacidad para hacerme cargo de la empresa con solo 25 años. Acepté, pero de entrada chocamos con el auditor: Era de estos típicos que entran con una sonrisa y te palmotean la espalda (esos son los peores, los que te pegan la puñalada por la espalda cuando pueden). Estuvimos peleando durante meses porque él quiso tomar el control desde afuera y yo no lo permití, era yo el que día a día arreglaba los asuntos en la empresa y no iba a permitir que alguien externo se llevara los honores del trabajo hecho. Pero mi jefe era fácil de doblegar y el auditor tenía mucha labia y por ahí intentaron "hacerme la cama" a finales del 2003, asunto que alcancé a captar y pude tomar los resguardos necesarios.


Yo esperaba que mis actos hablaran por si mismo, del trabajo que había realizado durante meses, el avance en el orden que había generado, etc., pero viendo que era inútil frente al lavado de cerebro que hacía este tipo con mi jefe, alerté a mis contactos que pronto estaría disponible y luego de un mes me llamaron para otro trabajo, ganaría menos dinero pero estaría más tranquilo. Conversé con mi jefe, no quería que me fuera, pero condicioné mi estadía a la salida del auditor, poniéndolo en jaque y sin opción de retenerme, entonces llegamos a acuerdo y partí.


Enero de 2004. "Consultora M" era una oficina contable dedicada al "Outsourcing", es decir, a prestar servicios contables externos a empresas. Caí parado, mi experiencia hizo que pronto notaran que tenía pasta para esto y me ofrecieron contrato indefinido, el problema aquí era que ganaba menos y que debía trasladarme por todo Santako de empresa en empresa y a la larga eso cansa. ¿Se han dado cuenta que uno jamás se conforma con lo que tiene? Luego de meses comenzó a cansarme esta situación, además llevaba dos años sin tomar vacaciones, entonces en Octubre de ese año me llamaron de "Consultora AC". Necesitaban un contador con experiencia y se acordaron de mi, me querían de vuelta y con esto recuperaría el nivel de ingresos que tenía en la empresa de containers. En la consultora no me darían mayores proyecciones ya que para eso debía primero ser contador auditor y a mi me faltaban dos años y medio para terminar la carrera, era apostar a futuro el quedarme y ciertamente yo miraba a corto plazo.


Noviembre de 2004. Volví a "Consultora AC" en gloria y majestad a hacerme cargo de una cartera de 50 clientes, con un ayudante de por medio. Todo iba bien, estaban casi todos mis amigos aún allí, así que fue fácil adaptarme nuevamente. Pero no todo fue felicidad, pasaron cosas durante estos años, cambiaron al equipo producto de un problema interno y las formas de administrar también, más restrictivos y ya no parecía tan buena la convivencia al interior de la empresa. Esto más problemas en el ultimo proceso de renta y al hecho de que aquí no había proyección, me hicieron pensar de que había llegado tocando techo, que no había más desarrollo en la empresa para mi, entonces volví a alertar a mis contactos que estaba disponible para recibir ofertas.


Uno de ellos recientemente me ha recomendado para una firma de abogados, que en el mercado está bien catalogada. Postulé y quedé, ahora seré la cabeza del área contable de dicho estudio de abogados. Un nuevo desafío que miro pensando que luego tendré que decidir donde echar raíces hasta mi jubilación y promete ser de mucha proyección.


Este Martes 12 de Diciembre de 2006 será mi ultimo día en "Consultora AC" y sospecho que esta vez no habrá vuelta. Mi nuevo desafío comienza el Miércoles y tengo la confianza que las cosas saldrán bien, al menos por mis conocimientos no tengo dudas al respecto, sólo la lotería de encontrar un ambiente de trabajo poco favorable es lo que puede preocuparme en estos momentos, pero dicen que el que no arriesga "no cruza el río" y yo por ganas nunca me he quedado.


Espero sus buenas vibras en este nuevo desafío.


P.D.: Cepeda, que te vaya bien en tu desafío en Curico desde este Lunes.

jueves, noviembre 23, 2006

WINNER POR 15 MINUTOS

A propósito de la junta anual de mi curso (generación 1995) que se llevará a cabo este fin de semana, se me vino a la memoria un recuerdo de aquella época, donde el dinero, el trabajo, el transantiago y muchas otras cosas no eran lo importante, lo que llenaba por esos días mi tiempo por completo era el deporte.

Resulta ser que a mis tiernos 15 años... si, lo sé, quizás piensen que con 15 años no podemos hablar de ternura, cierto? Pero yo era (y algunos piensan que lo sigo siendo, entre ellos mi ‘pior es na’) medio mamón, así que hablar de ternura es válido en este caso.

Como decía, a mis tiernos 15 años tenía un grupo de amigos en la cuadra (todos de la misma edad) y uno de ellos estaba aprendiendo a jugar Volleyball, entrenando con su hermano mayor. Este tipo ya era universitario y seleccionado comunal de Cerrillos y viendo el entusiasmo que el grupo puso, decidió enseñarnos el deporte que tanto lo apasionaba.

Luego de meses de entrenamiento, resultó que el grupo en general tenía aptitudes natas para aquel deporte y pronto nos encontramos representando a nuestra villa en el campeonato comunal, con muy buenas actuaciones debo acotar. En este equipo yo jugaba el rol de segundo. Debo aclarar, para quienes desconocen el deporte, que existen (o al menos así era hace 13 años) tres posiciones básicas dentro del juego, el armador, el primero y el segundo, esto en referencia a los que atacan, detrás de ellos sigue otra línea de 3 que defiende ante cualquier problema.

Al año siguiente (1993), con experiencia en el juego, postulé a la selección del colegio mientras seguía entrenando con mis amigos de la villa. Dentro del colegio jugaba de armador y tenía cierto prestigio, aún cuándo para este deporte se pide cierta estatura, con mis 165 cms. de altura me había ganado un lugar en el primer equipo del colegio.

Llegó así 1994 y con esto lo que en teoría sería mi último año de estudios, más mi historial como perdedor empedernido se encargaría de decir una vez más que estaba equivocado. El asunto es que aquel año llegó un profesor nuevo de gimnasia, que por cierto debería de encargarse de las selecciones de Volleyball, football y Basketball. El problema es que era completamente distinto al que se había ido. El primero: recién egresado de la Universidad, joven, más cercano, más humilde, más amigo. El segundo: Alrededor de los 45 años, canoso, quebrado y encima se creía “lolo”. Si hasta era divertido verlo pasar delante de las colegialas contoneándose y haciendo “ojitos”, como si fuera el “Tony Manero” del lugar.

Comienza el año y alguien le pasa el dato de quienes habían formado las respectivas selecciones el año anterior y los que estábamos en último año corríamos con ventaja, pero sin decir más a la hora de los “kiubos” no fui llamado. Me cayó como patada en la "guata" este tipo y lejos de desmoronarme, esto me sirvió como aliciente para superarme, entrenar más y demostrarle al tipo que se había equivocado al no convocarme.

Recuerdo que uno de sus regalones era un “huailón” de 1.80 mts. Que cursaba el 3ro.medio y que se jactaba de haber sido seleccionado de la católica. En una de las clases de educación física este cabro se dedicaba a “remachar” desde un lado, mientras un grupo de chicos (entre los que me encontraba yo) desde el otro lado de la malla recibía los golpes que daba la bestia. Todos admiraban la fuerza con que golpeaba el balón y con mis ganas de demostrar mis aptitudes, estudié su golpe un par de veces y luego me puse bajo la malla a “tapar” los “remaches”. El tipo pega y yo salto, pero me pasa. Esto resultaba lógico tomando en consideración la diferencia de estatura, más esta instancia me ayudó para calcular el salto, los tiempos, en fin, como debía pararme para contener el golpe. Seguí tapando los golpes hasta que le tocó el turno y esta segunda vez logré tapar el remache. Por fin le había adivinado el lado y ninguno de los presentes lo podía creer. Para mí la cosa fue más sencilla y es que el tipo no sabía pegar de otra forma, por tanto no fue dificil apocarlo. Intentó dos veces más y logré contenerlo, se desmoronó y no volvió a intentarlo esa tarde.

Generalmente el profesor me pedía que me quedara luego de clases, para servir de “sparring” al seleccionado y en ocasiones lo hice, básicamente para demostrarle lo equivocado que estaba al dejarme afuera y no fueron pocas las veces que este equipo “B” le ganaba al “A”. El tema no pasaba por ser seleccionado, sino por escuchar al tipo pidiéndome entrar al equipo y darme el lujo de desechar la oferta, esa era toda mi meta, decirle en su cara que no me interesaba la selección, que él era un perdedor... pero aquel esperado día jamás llegó, creo que intuyó para dónde iba yo, no sé, pero me quitó el premio que tanto anhelaba: la oportunidad de mirarlo en menos y decirle que era penca.

Vino entonces el aniversario del colegio, y los seleccionados estaban divididos en diferentes alianzas, entonces, con los que habían en la mía armamos el equipo. Por decisión de la mayoría fui sindicado como el capitán del equipo.

Llegamos pues a la final, pero las bajas fueron considerables, la mayoría de los seleccionados de Volleyball también estaban comprometidos con el Football y ambos jugaban a la misma hora aquel día y al final fueron seducidos por el lado oscuro del deporte rey. Así y todo fuimos a la pelea con lo que había, chicos que con más ganas que técnica se pusieron a mis órdenes para defender a la alianza y en esa instancia mi estímulo por jugar era doble: aparte del profesor se encontraba la chica que me gustaba animando a su alianza, que era la contraria.

Aquella actuación fue realmente notable, terminé convertido en la estrella del encuentro, incluso hice una jugada que no podré olvidar jamás: El equipo contrario ataca, recibe uno de mis defensas y me da el pase, me encuentro en una esquina dándole la espalda a la malla. Mis atacantes comienzan a correr esperando el pase, la primera línea de tres del otro equipo toma posiciones para parar el “remache” de los atacantes, mientras los otros tres esperan tras la línea de 3 metros por si el ataque pasara la defensa. Estoy por recibir la pelota e imagino la jugada: los atacantes saltarán, los defensas también, dos contra el primero y uno contra el segundo atacante y de pronto pienso que detrás de mí, al otro lado de la malla no debiera de haber nadie. Entonces cambio la jugada, toco suavemente la pelota y la paso hacia atrás, los atacantes hacen la pantalla y el otro equipo queda a traspié, mirando cómo la pelota choca contra la malla, cruza hacia el lado contrario y cae apegada a ella, sin dar la chance de que alguien llegue por ella antes de tocar el suelo. La hinchada salta y grita y me transformo en el héroe de la jornada, mientras que entre los rivales habían algunos seleccionados que me miraban con cara de "esa no la vuelves a hacer". El hecho es que lo intenté un par de veces más, sólo que no volvió a pegar contra la malla de la misma forma.

Finalmente nuestro equipo fue más y ganamos, todos me señalaron como el artífice del logro y por 15 minutos mis hazañas fueron comentadas por todo el recinto, incluso mis rivales me felicitaron por la actuación... hasta que comenzó el football y todo volvió a la normalidad: mientras los que pisaban el césped corrían tras una pelota, los que estaban afuera se subían a la esférica y yo quedaba en el olvido colectivo, pasando inadvertido y perdiendo el tiempo el resto de la tarde.

En el recuento final la historia contará que mis esfuerzos de nada sirvieron, la chica que me quitaba el sueño jamás me pescó y terminando el año nunca más la volví a ver, el profesor no me llamó a la selección y el tiempo se encargó de NO darme la razón respecto a lo chanta que era aquel tipo, puesto que ese año el INSUCO A-26 resultó campeón comunal de Volleyball varones, pasando por encima del INBA, el Liceo de Aplicación y el Instituto Nacional inclusive... más disfruté esos 15 minutos de fama, ya que por un momento dejé de ser ese maldito “loser” que el destino me ha llevado a ser.-

miércoles, noviembre 15, 2006

UNO DE AQUELLOS DIAS

Fue hace poco, para las famosas Fiestas Patrias. Tenía todo planeado, todo calculado, los tiempos, el recorrido... pero aquel día (como es de no esperar) la famosa Ley de Murphy se hizo presente en todo momento.

Había pensado en tomar el día libre, tenía cosas que hacer, anexas a mi diaria rutina, cosas que hago en mi tiempo libre y que ese día debía de realizar extraordinariamente, esto me reportaría ganancias extras. Hasta esa semana no contaba con que en el jardín infantil donde acude Daniel decidieran ese día realizar el acto de las Fiestas Patrias... y mi peque era el actor principal de la jornada, saldría en casi todos los cuadros... algo que lleva en la sangre debo acotar. Entonces todos mis planes los deseché, en parte para evitar un conflicto familiar con mi esposa, decisión que implicaría dejar de lado mis compromisos y el ingreso extra. Mi hijo estaba primero.

Decidí entonces ir al trabajo, total ese día (y como era la costumbre en aquellas fechas) se llevaría a cabo el famoso almuerzo de camaradería y luego de eso seríamos despachados cada uno para sus respectivos hogares. El acto en el jardín infantil comenzaría a las 15:30 Hrs., por tanto alcanzaría en teoría a llegar.

Mi relación hoy en día con mis jefes no anda del todo bien, por ende no tenía ganas de ir al mentado almuerzo, pero bueno, era gratis y tomar el día a cuenta de vacaciones sabiendo que a las 15:00 hrs., estaríamos todos afuera era un poco absurdo.

Fue aquí donde la Ley de Murphy comenzó a hacerse presente. Llegué junto a mis compañeros al almuerzo (al que no quería asistir) y con tan mala suerte que quedó a mi lado un puesto disponible... uno de los dueños, justamente con quien había tenido un altercado el día anterior decidió sentarse allí y durante todo el almuerzo se hizo el loco y me conversaba como si nada hubiese pasado y me preguntaba que qué tenía que estaba tan serio, y es que parecía haber olvidado que por poco el día anterior no me autoriza mis vacaciones de Fiestas Patrias... y con la rabia acumulada no logré disfrutar nada del almuerzo.

Antes de ésto, le pedí al chico que cuidaba los autos que lavara el mío y lo limpiara por dentro, le dije que a las 15:00 Hrs., me retiraba, así que debía de tenerlo listo para esa hora.

A las 14:30 Hrs., mi mujer me llama y me dice que aun no almuerza. Entre la bulla del local donde estábamos alcancé a entender que se iría a la casa sin almorzar, más tarde sabría que no fue eso lo que me dijo.

Me retiré antes del postre, a eso de las 14:50 Hrs., para alcanzar a llegar al jardín, pero no advertí que en el estacionamiento de mi trabajo habían dos autos tapándome la salida... y el chico del limpiado aún no terminaba con el mío. Los dueños de los autos se negaron a salir del almuerzo para sacar sus autos (aún quedaba el bajativo), así que tuve que sacarlos yo mismo para poder salir, mientras notaba que el chico del limpiado seguía en lo suyo ligeramente nerviosos, creo que sabía que ya estaba alterado por su demora, la verdad no era la primera vez que me hacía esto y ya estaba atrasado para llegar al jardín infantil.

Cuando por fin saqué el auto el chico aún no terminaba y de pronto no di más, ya había dejado pasar las anteriores y esto había colmado mi paciencia. Tratando de no levantarlo a garabatos -mal que mal él es una persona, que sin estudios y con una familia a cuestas, se ganaba su dinero en ésto debiendo de soportar a veces la prepotencia de algunos por unas miserables monedas- le dije que dejara tal como estaba el auto, que no siguiera, que ya estaba suficientemente atrasado como para esperar a que se decidiera a terminar el trabajo y él se deshacía en explicaciones, que no me enojara y yo medio enajenado no le prestaba atención y le pagué el precio convenido por el servicio y un poco más, una suerte de aguinaldo de fiestas que acostumbraba a darle en estas fechas. Fue aquí donde ya todo nervioso me quiso decir algo, pero yo atiné a cerrar la puerta, encender el auto y salir disparado. Había perdido demasiado tiempo. Entre tanto, en mi estrepitosa salida, casi choqué en la intersección siguiente con un imprezza negro de vidrios polarizados.

Tras 30 minutos a toda carrera crucé todo Santako para llegar al jardín infantil. Eran ya las 15:50 Hrs., y la cosa aún no empezaba, al no ver a Liliana decidí salir a la calle y llamarla. Estaba en la estación del metro esperando locomoción, lugar por donde yo había pasado 10 minutos antes, al tomar locomoción ella tardaría 10 minutos en llegar ahora. La increpé por no haberme llamado, que pude haber pasado por ella, ¿cómo pudo demorarse más de 1 hora en llegar si se había retirado supuestamente a las 14:30 Hrs.? Ahí supe que con la bulla del local donde yo estaba no escuché que me dijo que aún no almorzaba, pero esperaría por el almuerzo y me pidió que cuando me retirara la llamara para pasarla a buscar. Murphy, ya me debías dos.

Terminamos de hablar y al cruzar la calle otro imprezza negro de vidrios polarizados pasó a unos 80 kilómetros en una zona dónde el máximo era 50. "que coincidendia" me dije, mientras pensaba en la suerte que tuve de no cruzar hablando por teléfono, no lo habría visto venir.

Al entrar al jardín comenzó la función y como es la costumbre en Santako, la gente no respeta a sus semejantes: los que estaban en primera fila se pararon para sacarle fotos a sus hijos y los que estaban más atrás, lejos de reclamar se agolparon hacia delante para ver también la función. También fui culpable, entre todo lo enojado que estaba por las situaciones anteriores no dije nada temiendo ser grosero al abrir la boca, preferí callar y no ver nada. El acto terminó 30 minutos después y Liliana recién venía llegando al Jardín, ya que se dio el tiempo de pasar a la casa (que queda a 1 Km. de distancia) y venirse caminando. Luego tuvo la desfachatez de enojarse, no sé que pasaba por su cabeza en esos momentos, pero creyó que no llegando ella la función no empezaría, como si fuese alguien importante dentro del circulo de Jardines Infantiles.

Había un cóctel luego del acto, pero ya estábamos quemados los dos, así que tomamos a Daniel y todas sus cosas y nos fuimos, la verdad me contuve cuándo apenada la “tía” nos trataba de retener, que nos quedáramos. Siempre hemos colaborado con el Jardín, de hecho nos han invitado a fiestas personales de los dueños, sólo por eso fui educado y condescendiente al decirle que no teníamos ánimos de compartir, que nos habíamos perdido el acto por culpa de la poca cultural de los demás padres y le di a entender con esto que no habían manejado ni coordinado bien el asunto, ni con la hora de comienzo (ya que muchos padres trabajamos y teníamos problemas para llegar a la hora), ni con el nulo manejo del público. Sé muy bien que mis palabras le dolieron, lo ví en su cara cuando me prometió tomarlas en consideración en el próximo evento.

El camino a la casa fue corto, pero largo a la vez: un silencio culpable se respiraba en el auto. Mientras Daniel jugaba en el asiento trasero y a sus 3 años no entendía nuestro enojo, yo sólo pensaba en sacarle en cara a Liliana si para ésto había dejado de ganar $60.000.- aquella tarde, pero ví su cara, mirando hacia la nada y con lágrimas en los ojos por haberse perdido este momento, no haber podido ver a Daniel desenvolverse en el escenario. Estos instantes para ella son tan importantes y no haberle sacado fotos, no tener recuerdos de aquello le dolía una enormidad. Entonces pensando en evitar una pelea familiar (creo que ya habíamos pasado muchos disgustos para un solo día) callé mientras le hice el quite a un auto negro. No sé si era igual al que me había topado anteriormente, de ser así a estas alturas ya no me parecería una coincidencia, pero aquello no era lo importante en ese momento, me tenía más preocupado el pensar que haría si me topara con Murphy y le cobrara las tres que ya me debía.

Pd: Los nombres, lugares y fechas han sido cambiados para proteger la identidad de los implicados y mi integridad física.