lunes, febrero 09, 2009

YA NO HAY TIEMPO

No queda mucho tiempo.


Soy la última esperanza.


Estamos en desventaja ante el enemigo. La suerte puede cambiar, todo depende de mí.


Si me hubiesen preguntado ayer les hubiera dicho que reacciono mejor bajo presión, pero ahora, ahogado en este mar de gente, en este griterío constante, ya no estoy tan seguro de aquello.


El tiempo corre y casi se acaba.


Todos los posibles candidatos quedaron en el camino, soy la última opción. Eso no lo hace menos estresante. Saber que el destino de los míos está en mis manos, que las esperanzas de muchos están en mis manos y que todo lo que tengo es un tiro, no lo hacen una tarea sencilla y menos llevadera. Ahora es el todo o nada.


Salgo al campo, avanzo unos pasos entre el fuego cruzado y las amenazas. Y eso es todo, estoy flanqueado por los enemigos.


Ya no hay más tiempo. Sólo tengo un tiro.


Entonces el margen de error me juega en contra, se reduce a cero y no hay más.


Me preparo, apunto y disparo.


El timbre suena. El balón rebota en la canasta. Cae fuera. 98 - 97 es el marcador final.


Perdimos.


Perdí.