"Dentro del fondo blanco, el punto negro es el que se nota"
Eso siempre nos decía un antiguo empleador y sensei de la contabilidad. Y tambien decía un montón de otras cosas más que no viene al caso mencionar en este momento, pero que son fracesitas bien sabrosas por lo demás. En fin, todo esto para explicarnos que podemos hacer muchas cosas bien, muchas cosas extraordinariamente bien, pero un simple cagazo echa todo por la borda y será lo que nos persiga por mucho tiempo.
En aquella empresa siempre fui bien catalogado, incluso por ahí uno de los empleadores me ponía cartel de "genio". No lo decía abiertamente, de hecho a mi nunca me lo dijo, pero si lo supe como comentario de pasillo (y eso que no me llevaba muy bien con él). Pero los genios a veces pecan de confiados, de soberbios. Eso último es lo que me sucede a mi cada cierto tiempo.
Corría el año 2000, llevaba dos años en esa empresa consultora contable, aprendía rápido y mis superiores lo notaban. Un día, revisando un balance ya declarado (estamos hablando de los meses de Junio o Julio) me dí cuenta que no había considerado un monto a rebajar en la declaracion de impuestos. Revisé varias veces y antes de dar la alarma busqué la solución. El error provocó que el contribuyente pagara cerca de $500.000.- de más ese año. Finalmente plantié el problema (yo con poca experiencia noté el error y no mis superiores, ojo) y la solución. De más está decir el enojo del empleador que era superior directo (por lo demás, amigo de mi padre y quién me llevara a esa empresa). Resolví el problema luego de meses de presentar la solicitud de devolución, de rectificar declaraciones y se le explicó al recibir la devolucion al cliente lo que había sucedido. No hubo multas ni intereses de por medio, sólo un perjuicio en el flujo de caja de la sociedad por un tiempo. Obviamente esa sociedad pasó a la cartera de otro compañero luego de resuelto el caso y toda la culpa (seguramente) recayó en mi persona. En aquel entonces mi cartera de clientes era de unas 20 sociedades, todos habían pasado sin problemas ese año, incluso esa sociedad hasta cuando yo me percaté del error. Luego de eso, cada vez que me acerqué a hablar con mi empleador, para lo que fuera, permisos, vacaciones o mejoras en mi sueldo, siempre me enrostró ese asunto, pero de las cosas buenas que hice, nada. No po'h, si para eso me pagaban!
En el 2002 me fui de allí, hice escala en varias partes, pero luego en Octubre de 2004 volví. Otra vez el cartel de "Figura" colgaba en mi puesto. Pasé impecablemente ese primer periodo de declaraciones de impuestos, todos felices, todos amigos. De hecho, la gran mayoría de las declaraciones que hice no tuvieron objeción alguna por parte del SII. Pero al año siguiente la cosa fue diferente. Hubo un "terremoto" estructural al interior de la empresa, un problema que hizo que buenos valores tuvieran que abandonar y el ambiente no era el mejor. El tema es que la carga de trabajo aumentó, ahora estaba a cargo de 60 clientes y tuve que priorizar y entre quienes pagaban impuesto y los que no, porque estos ultimos presentaban sus declaraciones en fecha posterior a los que pagaban. Y pasó lo que no esperaba: Mi soberbia me llevó a dejar para el final una sociedad que yo había terminado los primeros días de Enero y según yo no pagaba impuesto. El 2 de Mayo la tomé otra vez y sorpresa, pagaba impuesto. Me puse de todos colores y tuve que ir donde mi jefe a explicar lo inexplicable. La empresa tuvo que asumir los cargos de multas e intereses y yo ya sabía lo que se venía. Por lo mismo, un tiempo después me puse a buscar trabajo sabiendo que allí ese error me perseguiría por muuuuucho tiempo, mejor era empezar de cero.
En temas de empleo tengo una buena estrella que me sigue y no pasó mucho para que consiguiera un nuevo destino, que es donde estoy hoy en día. Pero la soberbia me persiguió hasta acá y otra vez una chambonada echó por tierra todo lo bueno que he hecho durante estos 2 años y medio.
Una serie de sucesos, desde la imprevista operación de mi jefa que me tuvo todo Diciembre a cargo del area administrativa y no me dió tiempo de hacer contabilidad, pasando por mis vacaciones en Enero y las de ella en Febrero (retomando interinamente la gerencia administrativa), sumadas al escaso tiempo en Marzo con declaraciones juradas, no me dieron el momento de cerrar balances y sólo durante Abril me hice cargo de aquello. El caso es que tenía un cliente que tuvo poco movimiento durante el 2008 y tenía todo para cerrar ese balance los primeros días de Enero, todo, salvo el tiempo necesario. Y finalmente la tomé casi al final, el ultimo lunes de Abril y mi sorpresa fue grande cuando noté que debía pagar impuesto... y sería un monto alto. Eran cerca de las 21:00 hrs. y llamé al celular al abogado a cargo de esta sociedad para informarle esto. Yo en mi soberbia infinita llegué a creer que no pagaría, Ay de mi si la hubiese tomado en cuenta recién los primeros días de Mayo!. Por poco y no pudimos pagarla, logramos en el tiempo exacto solicitar los fondos a la matriz, en EEUU, pero no quedaron nada contentos con este proceder y le pidieron al abogado buscar un contador. No se qué motivos esgrimió el abogado al momento de pedir los fondos a la matriz, sobretodo porque teníamos pocos días para pagar todo esto, pero seguramente y quizás con justa razón me echó toda la culpa.
Claro que olvidan si que hace un año fue gracias a mis conocimientos que, cuando expuse que podíamos solicitar una devolución cercana a los veinte millones, todos pusieron el grito en el cielo, que nos iban a revisar hasta por debajo de las muelas, etc y fue mi porfía lo que llevó a solicitar esto, aún en contra de lo que decía nuestro asesor tributario. Y finalmente la devolución resultó exitosa. Ahí nadie se acordó de mi, nadie dijo que fue mi idea.
y retumba en mi cabeza eso de que "En el fondo blanco el punto negro es el que se nota"
Y ahora estoy preparando la información para entregarla al abogado, porque contrató una consultora contable para llevar este cliente. Y duele en el orgullo. Duele mucho, porque siento que pongo mucho de mi en hacer el trabajo profesionalmente y hasta el día de hoy sólo había recibido (gracias a mi buen desempeño) contabilidades, algunas oficialmente, pero la mayoría de las que recibí fueron personales y no me había tocado entregarlas. Qué rabia que sea producto de un error mío!
Y sólo duele en el orgullo, porque no pierdo dinero en esto, es decir, cuando me contrataron este cliente era parte del paquete de contabilidades que recibí. Y la cartera ha aumentado en un par de clientes, pero no en el bolsillo, osea, todo por las mismas lucas. Pero no deja de ser un retroceso, un traspié, sobretodo porque durante esos días me encontraba abogando de que si llegaban nuevas contabilidades debía recibir una parte de los honorarios contables que se le cobraran, todo esto a raíz de que un par de abogados me han preguntado por mis honorarios personales para llevar estos clientes, pero como son clientes de la empresa no puedo llevarlos por fuera, necesariamente (de aceptarlos) tienen que ser parte del servicio que presta esta empresa. Y bueno, con todo esto no quedo en buen pié frente a mis jefes y esta solicitud. En fin...
Duele el orgullo y debo seguir trabajando para sanar ese dolor, para limpiar la manchita y volver a ese fondo blanco, parchar la grieta en la muralla de mi reputación profesional y tratar que esto no me afecte tanto, aprender la lección y controlar la soberbia planificando con más tiempo el cierre de los procesos contables.
Dicen que a porrazos aprende el hombre y es cierto, hay que equivocarse para aprender de los errores y esto ha sido un traspié en mi carrera que espero sea el ultimo. O por lo menos que sea el más grave.
En aquella empresa siempre fui bien catalogado, incluso por ahí uno de los empleadores me ponía cartel de "genio". No lo decía abiertamente, de hecho a mi nunca me lo dijo, pero si lo supe como comentario de pasillo (y eso que no me llevaba muy bien con él). Pero los genios a veces pecan de confiados, de soberbios. Eso último es lo que me sucede a mi cada cierto tiempo.
Corría el año 2000, llevaba dos años en esa empresa consultora contable, aprendía rápido y mis superiores lo notaban. Un día, revisando un balance ya declarado (estamos hablando de los meses de Junio o Julio) me dí cuenta que no había considerado un monto a rebajar en la declaracion de impuestos. Revisé varias veces y antes de dar la alarma busqué la solución. El error provocó que el contribuyente pagara cerca de $500.000.- de más ese año. Finalmente plantié el problema (yo con poca experiencia noté el error y no mis superiores, ojo) y la solución. De más está decir el enojo del empleador que era superior directo (por lo demás, amigo de mi padre y quién me llevara a esa empresa). Resolví el problema luego de meses de presentar la solicitud de devolución, de rectificar declaraciones y se le explicó al recibir la devolucion al cliente lo que había sucedido. No hubo multas ni intereses de por medio, sólo un perjuicio en el flujo de caja de la sociedad por un tiempo. Obviamente esa sociedad pasó a la cartera de otro compañero luego de resuelto el caso y toda la culpa (seguramente) recayó en mi persona. En aquel entonces mi cartera de clientes era de unas 20 sociedades, todos habían pasado sin problemas ese año, incluso esa sociedad hasta cuando yo me percaté del error. Luego de eso, cada vez que me acerqué a hablar con mi empleador, para lo que fuera, permisos, vacaciones o mejoras en mi sueldo, siempre me enrostró ese asunto, pero de las cosas buenas que hice, nada. No po'h, si para eso me pagaban!
En el 2002 me fui de allí, hice escala en varias partes, pero luego en Octubre de 2004 volví. Otra vez el cartel de "Figura" colgaba en mi puesto. Pasé impecablemente ese primer periodo de declaraciones de impuestos, todos felices, todos amigos. De hecho, la gran mayoría de las declaraciones que hice no tuvieron objeción alguna por parte del SII. Pero al año siguiente la cosa fue diferente. Hubo un "terremoto" estructural al interior de la empresa, un problema que hizo que buenos valores tuvieran que abandonar y el ambiente no era el mejor. El tema es que la carga de trabajo aumentó, ahora estaba a cargo de 60 clientes y tuve que priorizar y entre quienes pagaban impuesto y los que no, porque estos ultimos presentaban sus declaraciones en fecha posterior a los que pagaban. Y pasó lo que no esperaba: Mi soberbia me llevó a dejar para el final una sociedad que yo había terminado los primeros días de Enero y según yo no pagaba impuesto. El 2 de Mayo la tomé otra vez y sorpresa, pagaba impuesto. Me puse de todos colores y tuve que ir donde mi jefe a explicar lo inexplicable. La empresa tuvo que asumir los cargos de multas e intereses y yo ya sabía lo que se venía. Por lo mismo, un tiempo después me puse a buscar trabajo sabiendo que allí ese error me perseguiría por muuuuucho tiempo, mejor era empezar de cero.
En temas de empleo tengo una buena estrella que me sigue y no pasó mucho para que consiguiera un nuevo destino, que es donde estoy hoy en día. Pero la soberbia me persiguió hasta acá y otra vez una chambonada echó por tierra todo lo bueno que he hecho durante estos 2 años y medio.
Una serie de sucesos, desde la imprevista operación de mi jefa que me tuvo todo Diciembre a cargo del area administrativa y no me dió tiempo de hacer contabilidad, pasando por mis vacaciones en Enero y las de ella en Febrero (retomando interinamente la gerencia administrativa), sumadas al escaso tiempo en Marzo con declaraciones juradas, no me dieron el momento de cerrar balances y sólo durante Abril me hice cargo de aquello. El caso es que tenía un cliente que tuvo poco movimiento durante el 2008 y tenía todo para cerrar ese balance los primeros días de Enero, todo, salvo el tiempo necesario. Y finalmente la tomé casi al final, el ultimo lunes de Abril y mi sorpresa fue grande cuando noté que debía pagar impuesto... y sería un monto alto. Eran cerca de las 21:00 hrs. y llamé al celular al abogado a cargo de esta sociedad para informarle esto. Yo en mi soberbia infinita llegué a creer que no pagaría, Ay de mi si la hubiese tomado en cuenta recién los primeros días de Mayo!. Por poco y no pudimos pagarla, logramos en el tiempo exacto solicitar los fondos a la matriz, en EEUU, pero no quedaron nada contentos con este proceder y le pidieron al abogado buscar un contador. No se qué motivos esgrimió el abogado al momento de pedir los fondos a la matriz, sobretodo porque teníamos pocos días para pagar todo esto, pero seguramente y quizás con justa razón me echó toda la culpa.
Claro que olvidan si que hace un año fue gracias a mis conocimientos que, cuando expuse que podíamos solicitar una devolución cercana a los veinte millones, todos pusieron el grito en el cielo, que nos iban a revisar hasta por debajo de las muelas, etc y fue mi porfía lo que llevó a solicitar esto, aún en contra de lo que decía nuestro asesor tributario. Y finalmente la devolución resultó exitosa. Ahí nadie se acordó de mi, nadie dijo que fue mi idea.
y retumba en mi cabeza eso de que "En el fondo blanco el punto negro es el que se nota"
Y ahora estoy preparando la información para entregarla al abogado, porque contrató una consultora contable para llevar este cliente. Y duele en el orgullo. Duele mucho, porque siento que pongo mucho de mi en hacer el trabajo profesionalmente y hasta el día de hoy sólo había recibido (gracias a mi buen desempeño) contabilidades, algunas oficialmente, pero la mayoría de las que recibí fueron personales y no me había tocado entregarlas. Qué rabia que sea producto de un error mío!
Y sólo duele en el orgullo, porque no pierdo dinero en esto, es decir, cuando me contrataron este cliente era parte del paquete de contabilidades que recibí. Y la cartera ha aumentado en un par de clientes, pero no en el bolsillo, osea, todo por las mismas lucas. Pero no deja de ser un retroceso, un traspié, sobretodo porque durante esos días me encontraba abogando de que si llegaban nuevas contabilidades debía recibir una parte de los honorarios contables que se le cobraran, todo esto a raíz de que un par de abogados me han preguntado por mis honorarios personales para llevar estos clientes, pero como son clientes de la empresa no puedo llevarlos por fuera, necesariamente (de aceptarlos) tienen que ser parte del servicio que presta esta empresa. Y bueno, con todo esto no quedo en buen pié frente a mis jefes y esta solicitud. En fin...
Duele el orgullo y debo seguir trabajando para sanar ese dolor, para limpiar la manchita y volver a ese fondo blanco, parchar la grieta en la muralla de mi reputación profesional y tratar que esto no me afecte tanto, aprender la lección y controlar la soberbia planificando con más tiempo el cierre de los procesos contables.
Dicen que a porrazos aprende el hombre y es cierto, hay que equivocarse para aprender de los errores y esto ha sido un traspié en mi carrera que espero sea el ultimo. O por lo menos que sea el más grave.
2 comentarios:
Me cansé de leer tantos mensajes o debería decir comentarios?...
Buuuh!,así como tu haz cometido errores, debo decir que nadie es perfecto. Yo también me he mandado mis cagazos.
Según yo hay que organizarse de tal forma, que no se deben repetir, en el transcurso del tiempo. Eso quiere decir, que vas a tener que ser más minucioso, volver a revisar una y otra vez. Sé que es una lata, pero nunca ésta de más...
Saludos!!
Con diluvio y todo.
a veces me pasó que yo al enrolarme en mi abrigo de autocomplacencia alguien nota en mi una yayita, y no se donde o como justificar la arrogancia.
bueno. igual nadie es perfecto o si?
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