lunes, julio 05, 2010

ADIOS TATA LUIS

Es triste, pero así es la vida. Cruda y por más que nos duela hay que dejar ir a los que ya están cansado de vivir. Hoy pasó con mi Bisabuelo, Luis Montes. Con 94 años ya, su cuerpo dijo "hasta aquí no más" a las 4 de esta mañana. Hace 4 años murió su mujer Olga Araya y hasta aquí alcanzó a vivir sin ella. Extrañarla quizás sea una de las causas de todo esto.

Soy el Bisnieto mayor de esta familia. Bueno, lo soy ahora, la verdad Pierre y Romina estaban antes que yo, pero ya no. Mi abuela era la hija mayor hasta hace 15 años que murió. Quizás esto sea una tontera, pero yo sin saber que el "Tata" estaba hopitalizado, casi como una premonición de lo que iba a pasar, soñé la noche del sábado con mi abuela (su hija). Raro, por decirlo menos.

Hace un año que no veía al Tata. Los tiempos que corren no te dan un minuto para pensar y no me había fijado en la cantidad de meses que pasaron.

Acá mi ultimo post, dedicado a su vida. Buen viaje Tata, que descanses en paz.

EL TATA LUIS.

miércoles, marzo 03, 2010

LUMPEN AQUI Y EN LA QUEBRA DEL AJI

Cuando vives en un país centralista como Chile y vives en la capital, tiendes a pensar que el "pillaje" (como le gusta decir al electo mandatario) sólo se da en Santiago. Claro, los noticieros se encargan en gran medida de hacerte pensar eso pues un 90% de sus noticias son referentes a temas del gran Santiago. Es más, tengo familiares en San Fernando y cada vez que he ido para allá mis tíos me hablan de sus "malandras" y uno tiende a pensar que esos no pueden ser mas "Choros" que los flaites de la capital.

Y luego pasa esto, un terremoto, un tsunami, Chile fraccionado por puentes cortados, sin luz ni agua y el comercio cerrado producto de los destrozos del sismo grado 8 que azotó el centro-sur del país. Y del asombro, de la pena, de la desolación, la falta de suministros básicos y de alimentos lleva a los más desvalidos a la desesperación por algo que comer. Comienzan los saqueos en el gran Concepción. Y uno, mirando desde afuera todo esto puede comprender, puede perdonar y no condenar estos hechos, mal que mal, cuando Katrina pasó por Nueva Orleans sucedió lo mismo. Esto pasa aquí y en la quebrá del ají. No es un acto exclusivo de los paises tercermundistas.

Pero luego pasa lo otro: el aprovechamiento. Y vemos aflorar lo peor de nosotros: El lumpen. Ya no era un kilo de arroz, ya no era un tarro de leche para los niños, ahora eran sacos, quintales de harina los que se estaban llevando. Luego fueron las Zapatillas "Para el pueblo" como dijo un "piruja" por ahí. Y luego el saqueo al supermercado Lider, ahí ya no era desesperación, era simplemente aprovecharse del pánico y podíamos ver a los vándalos con lavadoras al hombro, plasmas y herramientas, nada de primera necesidad, simplemente para sacar partido en el mercado negro. Y luego la guinda de la torta: Un "Care raja" (porque otro nombre no tiene) arriba de un Yale, que al ser detenido simplemente dice: "Yo no lo robé, estaba tirado!"... este wn sencillamente sacó aplausos.

Y entonces, despues de robado todo lo que había por robar, comienzan los saqueos a las casas particulares, simplemente por hacer daño. Lumpen asaltando el municipio de Hualpen sacando computadores (Internet es primera necesidad ya?). Los vecinos se organizan para protegerse, pero viene también la psicosis y en un acto de confusión dos grupos vecinos se trenzan a golpes hasta que dos de ellos se reconocen. El gobierno reacciona tardíamente y declara "Estado de excepción" y llegan los militares a tomarse la ciudad. Según relata un periodista de la Radio Bio Bio, en una ciudad mayoritariamente de izquierda, fue impresionante ver pasar las tanquetas y que, sin exagerar, cientos de personas aplaudieran el pasar de las fuerzas militares.

Capítulo aparte es ver que, en mis treinta y tantos años de escuchar las peores atrocidades sobre los militares, principalmente por lo sucedido en el '73, que luego de llegada la democracia al fin podamos darle un sentido positivo a la institución, poder mirarlos con otro ojos, poder con orgullo darles la mano. En Concepción el orden se ha restablecido.

Y entonces en Santiago, en las periferias comienzan a pensar que si en Concepción pasa todo eso, acá no pueden ser menos e intentan asaltar el Lider de Quilicura. El alcalde se desespera con la psicosis del momento y pide que si en el sur declararon "Estado de sitio" también lo hagan en su comuna y los militares pongan orden. Una medida exagerada para muchos. Acá simplemente quisieron pasarse de listos, como lo quisieron hacer en Maipú, Lampa y otras comunas.

Y comienza la psicosis colectiva y luego de que dos "lanzas" intentaron asaltar un local en meiggs (Estacion Central), se corrió la voz que una turba se quería tomar el barrio. Para cualquiera esto era ilógico, en Santiago las cosas no fueron tan trágicas, desde el Lunes que se comenzaba a reactivar todo. Pero se escuchó este rumor en el barrio Patronato: "Estaba quedando la cagada en Estacion Central y viene para acá!". La psicosis comienza a hacer aguas por todas partes. En mi barrio hasta anoche habían sectores sin luz, pequeños sectores, pero sin luz al fin y al cabo y los vecinos salieron a las calles e hicieron fogatas, todos con palos, esperando quizás que los quisieran asaltar. Extraño pensando que es un sector tranquilo de Maipú. En Malloco pasó lo mismo y probablemente en otras comunas tambien. La psicosis se tomó la capital.

Y hoy, pasadas las crisis, todos los ojos están puestos en los edificios que quedaron dañados tras el terremoto, en Concepción, Talca, Chillán y Santiago. Algunos a punto de colapsar y comienzan los reclamos a las empresas constructoras. Sólo el mas fuerte quedará en pié, el resto morirá a punta de demandas colectivas.

Pero volviendo a lo medular, el lumpen no es una lacra exclusiva de las grandes capitales, de eso quedó manifiesto lo ocurrido este fin de semana. Lumpen existe en todos lados, "aquí y en Burundí". Vidal, te extrañaremos después del 11 de Marzo.

viernes, febrero 26, 2010

RETORNO DE LAS ESTRELLAS

Llevo meses sin escribir... en palabras de Coco Legrand "No hay tiempo wn! no hay tiempo!". Y es que esta vida vertiginosa, sumada al cambio en las tecnologías, a esto de ser eficiente con los recursos (sobretodo humanos) o mejor dicho hacer más con menos, de que la vida no se vive hoy como hace 20 años, todo eso me impide tomar el computador y escribir. Ah! y sumen también que mi hijo mayor se ha apoderado del ordenador y la web.

Y a dónde quiero ir con todo esto? Ya lo recordé, a una idea, un comentario que se me cruzó hace unos días.

El amor. Ese bendito (y a veces maldito) sentimiento que nace por quién sabe qué motivos. El amor. Esto me tiene preocupado, porque el amor ya no se vive como se vivía en los años 20 o los 50, las cosas cambiaron y la tecnología tiene mucha culpa en esto.

Cuando decidí emparejarme siempre traté de no cegarme con el cuento del amor y "contigo pan y cebolla", quise ser más práctico (Ay como me gusta ese concepto!), quise mirar un poco desde afuera esto para no perder el horizonte. Con horror veía a mi alrededor familiares y a padres de amigos destruir sus matrimonios, que despues de tantos años juntos perdían la chispa y notaban que ya no tenían nada en común salvo los hijos y que estaban ahí para no estar solos, por costumbre más que por amor. Habían cambiado. Y es que a la larga el amor tiende en la mayoría de los casos a convertirse en "costumbre" y por lo mismo he tenido recelos con cambiar mi estado civil de soltero a casado, para no acostumbrarme, para no relajarme. "Es sólo firmar un papel, pero no asegura nada" me dije tantas veces y hasta hoy lo sigo manteniendo.

En el camino, muchos amigos se casaron, cambiaron sus rutinas, cambiaron sus amistades, se perdieron del redil o quizás formaron su propio redil (depende del punto de vista que uno quiera mirar) y de pronto esos mismo ya estaban separados. Pero por estos días he escuchado a diferentes amigos decir que la cosa ya no es la misma, que no hay conección con la pareja, qué solo están ahí por los niños, etc., y me pregunto de quién es la culpa? Esto no pasaba en los años 20 ni en los 50... o pasaba menos. Internet, Wikipedia y Facebook tienen toda la culpa me respondo. Demasiada información, saber que "ella" o "él" no son la unica alternativa.

Y de pronto me acordé de un libro que leí hace algunos años: "Retorno de las Estrellas" ("Ah!, ahora entiendo el título de este post!") de Stanislaw Lem, quién según me dateó el vendedor de libros (que me pudo o no meter perfectamente la mula y yo le compré absolutamente todo) era el autor de Blade runner. La historia cuenta en primera persona lo ocurrido a Hal Bregg, un astronauta que se va a una misión de reconocimiento a una galaxia lejana y tras 10 años de viaje vuelve a la tierra, pero por motivos de la equivalencia entre el tiempo y los años luz a los que viajó, en la Tierra han pasado 127 años y la especie humana, la sociedad y sus comportamientos han variado. Él debe reintegrarse a esta nueva sociedad, libre de agresión y violencia y extraña en sus construcciones. Es un neardenthal que me recuerda a Buck Roger en el siglo 24.

Cómo hilo esta historia con el amor? En que el paso del tiempo y el cambio en las costumbres hizo que las parejas se junten por afinidad, pero no por feeling, simplemente por tener una compañía y por lo mismo se separan y se vuelven a juntar sin remordimientos, sin periodos de sanación como hoy nos ocurre a los mortales. De hecho Hal convence a una tipa a separarse de su marido e irse con él en dos dias de conocerse.

Igual el libro no me gustó mucho en su narración, media oscura, muy personal, muy pa'entro y hasta catarsística. Pero el punto es que siento que peligrosamente nuestra sociedad a este ritmo cada vez más rápido, dónde se nos pasa el tiempo a una velocidad tremenda va para allá, a que simplemente nos juntemos con alguien sin mayores condiciones que hacernos compañía y cualquiera de estos días digamos "adios" sin mayor remordimiento, sin mayor culpa... sin mayor cuestionamiento.

La discusión está instalada, haga sus comentarios, discuta conmigo pero no se quede ahí impávido ante esta revelación. ¿El amor está en vías de la extinción?