Luis Montes tiene hoy 93 (según él y yo le creo) y a pesar de su avanzada edad, es impresionante lo lúcido que se mantiene, cómo tiene intactos sus recuerdos y lo bien que se le ve. El "tata" Luis es mi bisabuelo. Y mi madre y mi tía no quisieron dejar pasar esta ocasión en que se encontraba de honomástico, para reunirnos en familia con el "Tata" y de paso tomar unas fotos junto a mis hijos y mi sobrino. Mal que mal, fotos con un "Tatarabuelo" no se sacan todos los días!. Él hasta se tomó para la talla el hecho que era bueno tomar fotos porque quién sabe si mañana estará con nosotros.
(El Tata, Saby, Vicente, Cristóbal y yo)
Me llamó mucho la atención las cosas que me contaba, recuerdos de la casa en Maruri, de las vacaciones en Pichidegua, el viaje al vaticano para la beatificación del Padre Hurtado en 1996 y del aniversario numero tres del fallecimiento de su esposa. Todo muy vívido en su mente.
Su rutina hoy se basa principalmente en dormir, comer, caminar por la casa, ver las noticias y dormir finalmente, pero no siempre la cosa fue así.
Pero partamos por el principio. Luis Montes estuvo casado por una "tracalá" de años con Olga Araya, una mujer fuerte, madre de 5 mujeres (la mayor de las hijas sería mi abuela) y un varón. Mis primeros recuerdos son en la casa hogar para menores en riesgo social, en calle Maruri. Esta casa de acogida era dependiente del Hogar de Cristo y mis bisabuelos fueron uno de los primeros "papis" que se hicieron cargo de este tipo de casas. Ellos administraban los recursos y les daban educación a muchos niños y jóvenes que por su nivel de pobreza no tendrían la posibilidad de surgir. La gran mayoría se convirtió en gente de provecho, algunos hasta en microempresarios y otros se fueron lejos del país buscando oportunidades, pero casi todos han vuelto en algún momento a dar gracias por el amor y las herramientas entregadas y para recordar viejos tiempos.
Uno de esos "hijos postizos" años despues se casaría con una de las hijas de mi bisabuelo. Ese matrimonio aún persiste. El "tata" incluso me contaba que algunos de los "hijos" que tuvo en el hogar estuvieron en el estadio Chile para el '73 y le contaban a él cosas respecto de Victor Jara, cosas que yo sabía a modo de "mito urbano", pero que al parecer fueron realidad.
Mi madre es la nieta mayor, luego mi tía y de ahí para abajo casi todos los nietos estuvieron unos años más arriba que yo o de cuajo más abajo, incluso algunos de ellos hoy tienen 6 años. Yo nací casi al mismo tiempo que uno de los nietos de don Luis, por ende muchos de mis primeros cumpleaños los celebramos juntos, en el hogar de Maruri. Y eso era un suceso que los niños del hogar tambien disfrutaban en una gran once y luego jugábamos todos juntos, revueltos, sin diferencias sociales ni familiares. Esos cumpleaños eran "de pucha madre!".
Me contó de las competencias deportivas entre los distintos hogares de Santiago, de cómo preparó a los muchachos y de cómo ganaron ese año todos los trofeos, todas las competencias que se hicieron y de cómo discutían y reclamaban por ello los demás hogares.
Me contó de la seguridad en el hogar, que cada cierto tiempo preparaban operaciones "Daisy" en caso de alguna catástrofe y de cómo en una ocasión tuvieron que ponerlo en práctica cuando llegó un chico al hogar con tendencia pirómana que casi quemó el gimnasio y parte del hogar. Que luego los diarios de la época dijeron que hubo caos y tuvieron que desmentirlos porque eso no fue tal.
Me contó sobre el terremoto de Marzo de 1985, que los pilló vacacionando con todos los niños del hogar en Pichidegua, de cómo otra vez aplicaron el plan "Daisy", pero por poco y no fue suficiente, casi perdieron chicos aquella ocasión. De milagro encontraron a los que faltaban debajo de escombros y literas.
Me contó tambien que fue ese episodio, los nervios de aquella catástrofe lo que los hizo dejar el hogar, jubilarse, que la institución "Hogar de Cristo" trató de convencerlos pero los nervios fueron más. Sacando cuentas, para ese año mis bisabuelos tenían cerca de 70 años cada uno. El hogar se puso con una casa para los viejos, para que pasaran sus ultimos años.
La casa de "Kiruna" es en la que vive hoy. Sólo. Pero también fue ahí donde nos juntábamos la familia, en torno a los abuelos. No fueron pocas las ocasiones en que acompañé a mi abuela a verlos y era entrete, porque mi bisabuela siempre me regalaba monedas para ir a jugar a los videojuegos. Pero tambien tenía su lado fome y es que al ser muchos los hijos, con distintas edades y status sociales, siempre habían diferencias, peleas y hasta terminaban llorando cuando ibamos de visitas. Aquello terminó desgastando a la larga nuestras visitas.
En "Kiruna" nos juntámos a rezar y llorar cuando en 1987 mi prima (en aquel tiempo de 10 años y mayor que yo por menos de un mes) murió en Ecuador, dónde residía desde el '85. También tuvimos que juntarnos allí en 1994 cuando su hermano (de 18 años y mayor que yo por 1 año y medio) murió también en el Ecuador.
(El Tata, Saby, Vicente, Cristóbal y yo)
Me llamó mucho la atención las cosas que me contaba, recuerdos de la casa en Maruri, de las vacaciones en Pichidegua, el viaje al vaticano para la beatificación del Padre Hurtado en 1996 y del aniversario numero tres del fallecimiento de su esposa. Todo muy vívido en su mente.
Su rutina hoy se basa principalmente en dormir, comer, caminar por la casa, ver las noticias y dormir finalmente, pero no siempre la cosa fue así.
Pero partamos por el principio. Luis Montes estuvo casado por una "tracalá" de años con Olga Araya, una mujer fuerte, madre de 5 mujeres (la mayor de las hijas sería mi abuela) y un varón. Mis primeros recuerdos son en la casa hogar para menores en riesgo social, en calle Maruri. Esta casa de acogida era dependiente del Hogar de Cristo y mis bisabuelos fueron uno de los primeros "papis" que se hicieron cargo de este tipo de casas. Ellos administraban los recursos y les daban educación a muchos niños y jóvenes que por su nivel de pobreza no tendrían la posibilidad de surgir. La gran mayoría se convirtió en gente de provecho, algunos hasta en microempresarios y otros se fueron lejos del país buscando oportunidades, pero casi todos han vuelto en algún momento a dar gracias por el amor y las herramientas entregadas y para recordar viejos tiempos.
Uno de esos "hijos postizos" años despues se casaría con una de las hijas de mi bisabuelo. Ese matrimonio aún persiste. El "tata" incluso me contaba que algunos de los "hijos" que tuvo en el hogar estuvieron en el estadio Chile para el '73 y le contaban a él cosas respecto de Victor Jara, cosas que yo sabía a modo de "mito urbano", pero que al parecer fueron realidad.
Mi madre es la nieta mayor, luego mi tía y de ahí para abajo casi todos los nietos estuvieron unos años más arriba que yo o de cuajo más abajo, incluso algunos de ellos hoy tienen 6 años. Yo nací casi al mismo tiempo que uno de los nietos de don Luis, por ende muchos de mis primeros cumpleaños los celebramos juntos, en el hogar de Maruri. Y eso era un suceso que los niños del hogar tambien disfrutaban en una gran once y luego jugábamos todos juntos, revueltos, sin diferencias sociales ni familiares. Esos cumpleaños eran "de pucha madre!".
Me contó de las competencias deportivas entre los distintos hogares de Santiago, de cómo preparó a los muchachos y de cómo ganaron ese año todos los trofeos, todas las competencias que se hicieron y de cómo discutían y reclamaban por ello los demás hogares.
Me contó de la seguridad en el hogar, que cada cierto tiempo preparaban operaciones "Daisy" en caso de alguna catástrofe y de cómo en una ocasión tuvieron que ponerlo en práctica cuando llegó un chico al hogar con tendencia pirómana que casi quemó el gimnasio y parte del hogar. Que luego los diarios de la época dijeron que hubo caos y tuvieron que desmentirlos porque eso no fue tal.
Me contó sobre el terremoto de Marzo de 1985, que los pilló vacacionando con todos los niños del hogar en Pichidegua, de cómo otra vez aplicaron el plan "Daisy", pero por poco y no fue suficiente, casi perdieron chicos aquella ocasión. De milagro encontraron a los que faltaban debajo de escombros y literas.
Me contó tambien que fue ese episodio, los nervios de aquella catástrofe lo que los hizo dejar el hogar, jubilarse, que la institución "Hogar de Cristo" trató de convencerlos pero los nervios fueron más. Sacando cuentas, para ese año mis bisabuelos tenían cerca de 70 años cada uno. El hogar se puso con una casa para los viejos, para que pasaran sus ultimos años.
La casa de "Kiruna" es en la que vive hoy. Sólo. Pero también fue ahí donde nos juntábamos la familia, en torno a los abuelos. No fueron pocas las ocasiones en que acompañé a mi abuela a verlos y era entrete, porque mi bisabuela siempre me regalaba monedas para ir a jugar a los videojuegos. Pero tambien tenía su lado fome y es que al ser muchos los hijos, con distintas edades y status sociales, siempre habían diferencias, peleas y hasta terminaban llorando cuando ibamos de visitas. Aquello terminó desgastando a la larga nuestras visitas.
En "Kiruna" nos juntámos a rezar y llorar cuando en 1987 mi prima (en aquel tiempo de 10 años y mayor que yo por menos de un mes) murió en Ecuador, dónde residía desde el '85. También tuvimos que juntarnos allí en 1994 cuando su hermano (de 18 años y mayor que yo por 1 año y medio) murió también en el Ecuador.
Luis Montes y los 'Tataranietos': Benjamín, Cristóbal y Vicente.
El mayor dolor (a mi parecer) del "Tata" Luis creo que debe haber sido el tener que enterrar en Diciembre de 1995 a mi abuela, su hija mayor, producto de un cancer con el que estuvo luchando por más de 10 años y que la tenía consumida a sus 59 años, como si tuviera 80. Luego vió morir a Pablo, su nieto regalón, quién falleció en el 2000 con 18 años en un accidente aereo un 18 de Septiembre. Algunos años despues (la verdad hoy no recuerdo la fecha) tuvo que enterrar a la segunda de sus hijas, tambien aquejada por el cancer. Hace tres años acompañó por última vez hasta el cementerio a su mujer y eso aún lo tiene en su memoria.
Me contó que su mayor alegría fue ir a la beatificación del Padre Hurtado en 1996. Fueron ambos invitados por el Hogar de Cristo, todos los gastos pagados. Una experiencia increíble. Ahí le conté yo un hecho que para él era inédito: Un chico del Hogar "Chiloé" fue seleccionado en aquella ocasión para ir al vaticano, incluso fue portada de muchos diarios por haber sido tocado por el papa Juan Pablo II. Ese chico se sacó una foto con mis bisabuelos en una plaza y luego el destino quiso que fuéramos compañeros de trabajo años después. Conversando en una ocasión me mostró la foto, quedé impactado. Mi "Tata" no recuerda ese hecho en particular, pero yo vi la foto, se que fue de esa manera.
La última vez que pisé la casa de "Kiruna" fué el 2000, para un homenaje que hicieron los amigos de Pablo en su memoria. Casi diez años después volví y esta visita se convirtió en un recuerdo imborrable. Verlo contento, sentirse querido, observar a los niños corriendo por la casa y la conversación a la hora de la once es algo que agradeció luego con lágrimas al momento de las despedidas.
"Son 93 años y siento que ha sido tan corta al final de cuentas. Pero agradecido de la vida que me tocó, es muy linda la vida" fueron sus palabras al final de la jornada.
Me contó que su mayor alegría fue ir a la beatificación del Padre Hurtado en 1996. Fueron ambos invitados por el Hogar de Cristo, todos los gastos pagados. Una experiencia increíble. Ahí le conté yo un hecho que para él era inédito: Un chico del Hogar "Chiloé" fue seleccionado en aquella ocasión para ir al vaticano, incluso fue portada de muchos diarios por haber sido tocado por el papa Juan Pablo II. Ese chico se sacó una foto con mis bisabuelos en una plaza y luego el destino quiso que fuéramos compañeros de trabajo años después. Conversando en una ocasión me mostró la foto, quedé impactado. Mi "Tata" no recuerda ese hecho en particular, pero yo vi la foto, se que fue de esa manera.
La última vez que pisé la casa de "Kiruna" fué el 2000, para un homenaje que hicieron los amigos de Pablo en su memoria. Casi diez años después volví y esta visita se convirtió en un recuerdo imborrable. Verlo contento, sentirse querido, observar a los niños corriendo por la casa y la conversación a la hora de la once es algo que agradeció luego con lágrimas al momento de las despedidas.
"Son 93 años y siento que ha sido tan corta al final de cuentas. Pero agradecido de la vida que me tocó, es muy linda la vida" fueron sus palabras al final de la jornada.
Luis Montes y sus nietas, bisnietos y tataranietos.
Además mi papá y mi 'pior es na'.
Además mi papá y mi 'pior es na'.
Este es un largo post, pero pequeño para resumir todo lo que el "Tata" Luis ha hecho, lo que representa y lo que significa para la familia, para una parte de la institución "Hogar de Cristo" y las personas que ayudó a formar. Un pequeño homenaje para un hombre que dió tanto y hoy vive en silencio lo que le resta de vida y que sólo Dios sabe cuando se corta la cuerda.
"Agradecimientos a mi hermanita, que aunque arrugó con la visita, al menos 'emprestó' la camarita amiga"
"Agradecimientos a mi hermanita, que aunque arrugó con la visita, al menos 'emprestó' la camarita amiga"