Este fin de semana fue uno de esos con sentimientos encontrados. Por un lado, feliz por la llegada de Cristóbal a casa, sanito, bonito, mamón y resongón, hasta medio enojón (por ahí se parece a mí, jajaja!), entonces el sábado hicimos un mini asado con amigos para recibirlo y estábamos en eso cuando me llama mi padre a eso de las 23:00 hrs., preguntándome si estaba en pié.
-Si, estoy en un asado en casa con amigos... por?-
-Voy para allá!- Me dijo.
Al rato llegó vestido de huaso, casi llorando.
Hace algunas semanas, una antes del 18 para ser más específico, mi padre junto a su pareja de baile participaron en la CCAF Los Andes en un concurso de cuecas, pero no sacaron ningún puesto. Estaban molestos, pero querían tomarse revancha en la clasificatoria para el nacional de cuecas en Buín, que era este sábado, ese sí importaba. El resultado? Ganaron la regional y ahora deben representar a la región metropolitana en Melipilla por el Nacional de Cuecas. Qué más felíz? Llegaron a casa, tomaron unas copas de vino junto al grupo de amigos que estábamos y bailaron un pié de cueca. Ahí me acordé cuando yo participaba en festivales de la voz y él siempre me acompañó, se colaba y me iba a ver, era mi fans numero uno y se le hinchaba el pecho... a mi se me hinchó el pecho esa noche. En la CCAF lo acompañé, él estaba tranquilo porque estaba a su lado, pero el sábado, él sabía que yo no podría, por Cristóbal, por eso la emoción contenida, de participar y ninguno de los suyos para festejar, por eso pasó a mi casa, a desahogarse por el logro. Muchos años de práctica para este momento. Ahora tiene que demostrar en el nacional el 18 de Octubre.
Ayer, bueno, la alegría vino en lo deportivo. 2-0. No es necesario entrar en mas detalles.
Pero todo esto se contrasta al recordar que hace un año, un 5 de Octubre recibí un llamado avisando que Sylvia había tenido un accidente automovilístico camino a Olmué y estaba grave en Viña del Mar. Dos semanas de lucha y finalmente nuestra querida amiga cedió. Ese recuerdo está presente en mi memoria y cómo anda el mundo de rápido, no nos dimos cuenta y ya ha pasado un año de todo aquello, de correr a Viña a saber qué pasaba, qué necesitaba... fueron muchos días, fue mucho dolor. Y te recuerdo amiga como si fuera ayer que compartimos sus rones en el cumpleaños de Vicente.
Se que no es bueno vivir del pasado, que hay que seguir adelante por los que quedan, pero tampoco debemos olvidar a los nuestros, a los que se fueron, a los que tanto quisimos.
En fin... Salud a tu memoria.
-Si, estoy en un asado en casa con amigos... por?-
-Voy para allá!- Me dijo.
Al rato llegó vestido de huaso, casi llorando.
Hace algunas semanas, una antes del 18 para ser más específico, mi padre junto a su pareja de baile participaron en la CCAF Los Andes en un concurso de cuecas, pero no sacaron ningún puesto. Estaban molestos, pero querían tomarse revancha en la clasificatoria para el nacional de cuecas en Buín, que era este sábado, ese sí importaba. El resultado? Ganaron la regional y ahora deben representar a la región metropolitana en Melipilla por el Nacional de Cuecas. Qué más felíz? Llegaron a casa, tomaron unas copas de vino junto al grupo de amigos que estábamos y bailaron un pié de cueca. Ahí me acordé cuando yo participaba en festivales de la voz y él siempre me acompañó, se colaba y me iba a ver, era mi fans numero uno y se le hinchaba el pecho... a mi se me hinchó el pecho esa noche. En la CCAF lo acompañé, él estaba tranquilo porque estaba a su lado, pero el sábado, él sabía que yo no podría, por Cristóbal, por eso la emoción contenida, de participar y ninguno de los suyos para festejar, por eso pasó a mi casa, a desahogarse por el logro. Muchos años de práctica para este momento. Ahora tiene que demostrar en el nacional el 18 de Octubre.
Ayer, bueno, la alegría vino en lo deportivo. 2-0. No es necesario entrar en mas detalles.
Pero todo esto se contrasta al recordar que hace un año, un 5 de Octubre recibí un llamado avisando que Sylvia había tenido un accidente automovilístico camino a Olmué y estaba grave en Viña del Mar. Dos semanas de lucha y finalmente nuestra querida amiga cedió. Ese recuerdo está presente en mi memoria y cómo anda el mundo de rápido, no nos dimos cuenta y ya ha pasado un año de todo aquello, de correr a Viña a saber qué pasaba, qué necesitaba... fueron muchos días, fue mucho dolor. Y te recuerdo amiga como si fuera ayer que compartimos sus rones en el cumpleaños de Vicente.
Se que no es bueno vivir del pasado, que hay que seguir adelante por los que quedan, pero tampoco debemos olvidar a los nuestros, a los que se fueron, a los que tanto quisimos.
En fin... Salud a tu memoria.